octubre 15, 2024

Un Sansan oportunista aparece sobre el escenario

 

Todo festival tiende a maximizar sus beneficios pero hay muchas formas. El Sansan, por desgracia, se quedó con las peores opciones. Entendemos todo eso de ser el segundo año del festival pero hay cosas que no deberían permitirse y que se unen a unos fallos tan flagrantes y molestos que hace que muchos explotásemos dentro del festival.

Empecemos por lo más básico, el sonido e iluminación. Los problemas eran de lo más diversos, grupos en los que dejaban de sonar algún instrumento, zumbidos/ruido o algún fallo puntual de luces como en el caso de Corizonas. Sin embargo, todo el festival tenía grandes fallos constantes en el tiempo, el escenario Master´s era una discoteca camuflada, las luces te impedían mirar al escenario la mitad de las ocasiones y los flashes se usaban con una pasmosa facilidad.

En cuanto al sonido fue algo común a ambos escenarios, personalmente tengo bastantes dudas de que ninguno de los dos escenarios fuesen capaces de superar ninguna inspección técnica. El volumen estaba totalmente desatado hasta el punto de ser molesto y con la consecuente repercusión en la calidad del mismo ya que en muchas zonas se mezclaban el sonido de ambos escenarios e incluso con el del DJ Rave Market del 4×4, siendo un auténtico despropósito.

En cuanto a los horarios en esta ocasión sí se respetaron bastante bien, aunque la planificación no llegó a gustarnos demasiado, incluso dejando algunos ratos muertos sin música y otros en los que ambos escenarios sonaban a la vez. Cosa que como ya dije perjudicaba al sonido una cosa mala.
El recinto en sí dejaba mucho que desear, la última superficie en la que alguien quiere ver un festival, un terreno de todo menos plano en el que estar de pie no tardaba en transformarse en molestias en la espalda y en el que veíamos a los borrachos caer como moscas. Sinceramente raro fue que las zanjas que flanqueaban el camino hasta el festival no se convirtieran en fosas comunes con borrachos comatosos en el papel de soldados caídos.

Los precios de las barras también nos dolieron bastante, estaba claro que la táctica de este año ha sido regalar abonos a lo loco e intentar rentabilizar con las barras, merchand y camping pero la «motivación» para el público ha sido un poco radical. Estaba claro que con el camping a esa distancia nadie iba a irse y volver del festival con el consecuente aumento de ventas, pero joder… no es ni mínimamente normal poner un camping a esa distancia y menos aún con esas conexiones (mas que deficientes e insuficientes).
Ahora vamos al grano y lo que más nos dolió, que el chupito de Jäger en vaso dedal costaba 3€ y encima ¡No era Jäger! Esto nadie te lo avisaba, te lo servían como Jäger, te lo cobraban como oro y te la metian como Rajoy, entendemos que no se venda Jäger y se venda otra marca pero el mínimo es avisar (y el detalle de no vender como marca premium una marca así tampoco estaría mal).
Personalmente me dejó mejor sabor de boca la marca patria que el mismo Jäger, pero la jugarreta y el precio hizo que se fuera rápido. Y ya que hablamos de precios y antes de cerrar esto decir que me gustaría saber los ingresos en ventas de sudaderas, ya que la ubicación en el centro de «La isla mínima» hizo que más de uno se viese superado por el frio.

Pasamos a la zona VIP, una zona que no llegamos a entender, el precio era igual que fuera, estaba más masificada que el exterior, solo había tres juegos de sillón y sofá para sentarse, más cola en el servicio que en el exterior… y lo peor de todo, ni una triste estufa cuando todo el mundo mataba por una. El espacio era minúsculo, por lo que no hubiese costado nada alquilar 5 estufas de butano o de luces infrarrojas (que salen a 4 duros) o por ejemplo meter un urinario de hombres dentro de la zona VIP para aliviar las colas del primer día. Todo el mundo tiene fallos, pero muchos pueden subsanarse el primer día y bajo coste y no arrastrarlos hasta la próxima edición del festival.

También queremos hacer mención del feo detalle de no dar camping a prensa, no sabemos el aumento de recaudación que pudieron hacer con esto, pero desde luego no creo que les compense. Detallazo de verdad lo de los runners del festival, esos coches que llevaban a organización, artistas y (creemos) que prensa hasta el parking del festival. Un detalle más que innecesario cuando no cubres necesidades tan básicas como el alojamiento de esa misma prensa.

No sabemos si el problema del festival es la soberbia de no querer contar y escuchar a gente con experiencia o es que no sabe encontrarla pero tenemos claro que las inversiones que están realizando el festival no son las mas indicadas para satisfacer a los asistentes.

Una última mención especial a los encargados de prensa, que estuvieron más que correctos y muy atentos a todas nuestras necesidades, junto a los encargados de seguridad fueron de lo mejorcito del festival.

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