septiembre 16, 2024

Carlos Sadness presenta La idea salvaje en Madrid

Con motivo de la publicación de su segundo trabajo en formato físico, Carlos Sadness ha hecho esta tarde una parada en boxes en el Fnac de Callao
«¡Qué lleno está esto! No me lo esperaba después de haber anunciado la cita con un solo tuit«. Carlos dice que presentará algunas canciones de La idea salvaje y cantará otras de las antiguas, para la gente que todavía no se sabe las nuevas.
Con su chupa de cuero y el pelo recogido en un moño, se coloca en el regazo su ukelele. A su lado, el guitarrista Borja, haciendo resonar las melodías como una constante que permite a Carlos interactuar con su público y de vez en cuando lanzarse a rapear, abandonando su ukelele.
Con el tiempo Carlos se ha enamorado de Perseide, una estrella fugaz que cada verano cae del cielo y cuya trayectoria perseguía cuando sus padres le llevaban a contemplar las lágrimas de San Lorenzo. Y así el cantante nos lleva en un viaje espacial por las constelaciones con el sencillo «Perseide«, en cuyos vértices resuenan los ecos de su característico sonido tropical.
«No habéis cantado porque era de las nuevas, ¿no?«. Parece que algunas cosas necesitan su tiempo…
El cantante apuesta por sus fans con «Celeste«, del LP Ciencias Celestes (2012). Cuando llega el estribillo, les cede la voz y estos no defraudan. 
El turno para otra de las nuevas: «Electricidad«. Carlos previene intercambiando unas palabras antes con el guitarrista: «Como no canten esta, nos vamos«. El público teen ríe. Y una especie de magia parece operar (tanto invocar al misticismo espacial tenía que dar sus frutos): toda la gente lo acompaña.
«Habíamos acordado cantar un par de canciones, pero ya nos da igual perder el AVE«. Y de repente «Feria de Botánica» del EP Monteperdido (2014). Esta también emociona. 
Carlos agradece de nuevo la sobresaliente asistencia y promete poner otro anuncio con algo más de presencia que el de hoy en la constelación virtual de los tuits para confirmar las primeras fechas de sus conciertos. Y es que «me gusta el concepto de lo acústico, pero poder armar todo el tinglado de un concierto, todavía más«. 
Y para acabar, porque «me pagan 5000, a 1000 la canción, me da para cantar cinco temas«, Carlos deja a sus pies el ukelele y haciendo la percusión sobre su regazo, se anima a rapear con «Monteperdido«. El estribillo de esta tiene truco. Por si acaso Carlos nos dibuja con sus manos una «L» y una «A». Incluso consigue algo así como unos coros en canon por parte del público (algo así, he dicho). 
«Espero que os animéis a venir al concierto. Gracias«. Al final parece que Carlos Sadness sí cogerá el AVE.

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