marzo 28, 2024

Uptown Special, el esperado disco de Mark Ronson.

Ayer se estrenaba Uptown Special, el cuarto disco de Mark Ronson, del que probablemente ya todos conocíamos (y habíamos bailado alguna vez mientras salíamos de la ducha) el hitazo funky Uptown Funk, su colaboración con el generador de lipdubs matrimoniales Bruno Mars y justa sucesora de Get Lucky.
En este trabajo, Ronson asegura que según él ha intentando volver a sus orígenes, a finales de la década de los 90 y principios de los 00, cuando pinchaba discos en clubs de hip-hop de Nueva York. Al igual que ocurre con otros DJs como Guetta o Harris, en los discos de Ronson también participa hasta la hija de la vecina. El carisma social de este chico tiene que ser descomunal, y es que sólo a nivel vocal ya contamos con numerosas colaboraciones: Stevie Wonder (¡Stevie Wonder!), Kevin Parker (de Tame Impala), MystikalAndrew Wyatt (Miike Snow) o la joven Keyone Starr, a la que descubrieron en un coro gospel de Jackson, Missisipi, en medio de una personal cruzada que les llevó a atravesar los Estados Unidos en busca de la cantante perfecta. 
El disco, eminentemente producido por Jeff Bhasker (productor de Drake o Kanye West y que, ojo, también canta en algunos temas), cuenta también con la colaboración de muchos otros productores como Emile Haynie, James Ford, Hudson Mohawke y DJ Zinc. Las letras, en su mayoría han sido escritas por el escritor ganador de un Pulitzer Michael Chabon. Y si a esto les sumamos a los músicos: Homer Steinweiss, Nick Movhson, y Tommy Breneck, tenemos una especie de fiesta del trabajo envuelta en un batiburrillo de nombres en negrita del que sabemos quien firma los trabajos pero no quien los lidera. No sabemos quién llevará la agenda de este chico, pero debe de valer su peso en oro. 
Aparte de las reminiscencias al Le Freak de Chic en el single con Mars, encontramos un Feel Right en el que en cualquier momento parece que vaya a sonar James Brown gritando aquello de Get Up! (Giropa, para los de la generación Clio). Pero estas similitudes, lejos de meter a Ronson en el saco de lo fácil, aluden a un acercamiento hacia la música negra de siempre pero interpretada por las voces de los sonidos más actuales.
Para seguir con los pies pegados a la pista de baile, aparte de los temas mencionados anteriormente, tenemos I Can’t Lose (Oh yeah, all night), mientras que en el otro extremo encontramos Daffodils, el tema más oscuro del álbum, y que sería algo así como el nuevo single de Tame Impala si hubieran decidido cambiar la neo-psicodelia por el funky. 
Si en un primer momento podíamos temer que toda esta mezcla de voces dando su opinión en la producción de Uptown Special podría haber dado como resultado un disco con cierta falta de cohesión interna, tras escucharlo varias veces podemos concluir que es sin duda todo lo contrario, una sinfonía bien entonada de ritmos vintage y una variedad de tesituras vocales que se suceden de forma más que fluida. 

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