septiembre 9, 2024

Bob Marley y El Mundo

Hace poco y mientras recopilábamos información para un nuevo artículo sobre leyendas urbanas, llegó hasta nosotros un articulo de El Mundo sobre la muerte de Bob Marley, viendo el nivel informativo del mismo nos vimos en la obligación de intentar hacerlo mínimamente bien. Dejando a un lado los detalles morbosos de su muerte y las imágenes de un Bob demacrado.

Bob Marley, que no murió por un cáncer provocado por la tinta del papel con el que liaba sus emblemáticos petardos, ni por un cáncer de pulmón, sino por un melanoma en su dedo gordo del pie (por lo menos nos alegra que no cayesen en la tipica leyenda urbana).
El tratamiento que le recomendaron los médicos era «fácil», cortar, a más arriba el corte más segura la recuperación, pero Bob no quiso cortarse la pierna como le recomendaron algunos, tampoco el pie, ni siquiera el dedo gordo. A diferencia de lo que hemos encontrado en un artículo de «El Mundo» no fue exactamente como dicen ellos porque su religión se lo impidiese (aunque en cierto modo pudiese influir), fue porque tenia miedo, era un autentico fanático del fútbol y sólo había que verlo sobre un escenario para saber que bailar y moverse era intrínseco a él. Era un deportista y un chamán moderno sobre los escenarios, no quería arriesgarse a perder todo eso y perderse a sí mismo con ello.
Bob Marley decidió realizarse una cirujía menor que finalmente le costó una metástasis que le llevó a la muerte, los detalles sobran. Tras esa pequeña cirujia parecia estar todo bien pero todos se confiaron en exceso, no se llevaron a cabo unas revisiones periódicas que permitieran detectar una vuelta de la enfermedad. Lo que llevó a un diagnostico tardío cuando ya la metastasis invadia gran cantidad de órganos vitales.
Desde aquí queremos reprochar con toda la saña posible a un periódico como El Mundo tal desinformación y tal forma de ensuciar la imagen de Marley con párrafos como el que sigue a continuacion, que junto a otras frases nos parece que crea una imagen distorsionada de una religión minoritaria en nuestro país y en cierto modo carente de defensores. 

«Los rastas nunca pierden la esperanza del regreso a su África soñada. Mientras tanto se sienten exiliados en los confines de Babilonia, que es nuestro mundo occidental. Los rastas profesan una conducta estrictamente nazarena: no beben alcohol, no comen carne, viven comunalmente y nunca mendigan ni roban. Se fuman cerca de tres cuartos de kilo de droga a la semana. No dejan pasar un minuto sin liar de nuevo un porro o ‘kaya’, como hierba sacramental.»
Muy señor mío, infórmese y vea un poco de mundo antes de escribir tal sarta de imbecilidades y querer desprestigiar una religión que se ha mostrado como mucho más civilizada, pacifista y sana que la que probablemente pueda profesar usted.  Lo digo tajantemente, no conozco a nadie capaz de fumar lo que haciendo una cuenta rápida da 6,5 gramos de marihuana a la hora. Además lo de calificar de nazarena su conducta (eso sí, la sana, que ya puso usted ese punto para dejar a los porros al otro lado) simplemente me parece de mal gusto.

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