La noticia del día se traduce en una preocupación generalizada por el estado de Joaquín Sabina tras retirarse antes de tiempo en su concierto de anoche en Madrid. Pero no queremos jugar al morbo con este asunto, ya que el propio Joaquín ha confirmado que se encuentra muy bien y sigue adelante su concierto para el próximo martes. Su salud está bien, el problema es otro: el posible pánico escénico, que es una dificultad con la que se encuentran numerosos artistas cada día y aunque es difícil, es posible dejarla atrás con éxito.
No son pocos los artistas que han sufrido ataques de pánico en alguna ocasión y aunque la mayoría de los casos conocidos están en terreno cinematográfico con experiencias como la de Johnny Depp o Scarlett Johansson, podemos encontrar también casos similares en los escenarios.
La conocida experiencia de Pastora Soler hace unos meses en Sevilla fue uno de los casos más destacados en todos los diarios, problema que ha afectado tanto a la artista que le ha llevado a la decisión de abandonar la música por un periodo indefinido. Y hasta la mismísima Madonna ha confesado haber padecido esta curiosa ansiedad en alguna ocasión.
Pero esto no es un problema que afecte únicamente a los más veteranos, los artistas «teen» también lo sufren, Harry Styles de One Direction es un ejemplo de ellos, como lo es también Taylor Swift. A Adele se la jugó en varias ocasiones su inseguridad, que mejoró tras una terapia contra el pánico escénico.
Así que, que no cunda el pánico. Esperamos que en la trayectoria de Joaquín esto sea sólo un hecho aislado y fácilmente superable por el artista y que si no lo es, pueda contarnos que lo ha vencido muy pronto.