Hay dos cosas que no me explico:
La primera es: ¿Por qué ningún medio (hasta ahora) de este país ha hecho el más mínimo comentario sobre la publicación de esta reedición, ya que es uno de los discos independiente más importantes de los últimos veinte años?
La segunda es: ¿Por qué Yo La Tengo han mantenido una carrera tan regular y brillante?
Eso me pregunto cada vez que escucho cada disco nuevo o como en este caso, vuelvo a escuchar «Painful» (Matador Records, 1993) pero reeditado con el nombre de «Extra Painful» (Matador Records, 2014).
Para los que no hayáis escuchado la edición original «Extra Painful» es un disco doble (el segundo disco son demos, caras B y versiones en directo de las originales del primer disco) es como un diamante sin pulir, intuyes que es algo precioso que algún día brillará y que hay que tratar con cuidado al pulirlo, para que no se dañe.
Así es este disco, reposado y ruidoso a la vez, donde todo encaja perfectamente y nada está metido con calzador. La atmósfera que envuelve al disco pasa de canción en canción sin que te des cuenta gracias a la voz de Georgia Hubley (esta vez su voz es más protagonista que en ocasiones anteriores) sobretodo en esas tres primeras canciones «Big Day Coming», «From a Motel 6» y «Nowhere Near» donde dan una clase magistral de Shoegazing sin perder clase y sonido propio. También gracias a las guitarras ruidistas de Ira Kaplan, que da una lección de como encauzar el ruido hacia algún lugar en concreto. Muestra de ello es «I Was the Fool Beside you for Too Long» y «I heard you Looking», canción instrumental que cierra el primer disco.
En esta primera mitad de la década de los noventa también se publicaron obras cumbres del Shoegazing como el «Loveless» (1991) de My Bloody Valentine, el «Going Blank Again» (1992) de Ride o el «Outside Your Room» de Slowdive, (todos ellos del sello Creation) que tanto están influyendo en la música y los grupos actuales. Sin embargo, Yo La Tengo se desmarca un poco de este sonido tan marcado de las Islas Británicas y apuestan por un sonido menos agresivo y más colorido sin dejar atrás el ruido, más cercano a la psicodelia ensoñadora del Dream Pop de The Jesus and Mary Chain y Galaxie 500 que de los nombrados anteriormente. Más tarde se convertirían en uno de sus mejores representantes.
En definitiva, un disco para escuchar sin prisas para no estropearlo, para poder saborearlo y para después de 20 años seguir encontrando nuevos matices con cada escucha.Una obra sobresaliente en todos los sentidos.