La banda de Baeza llegaba a Valladolid después de un cambio de recinto a última hora. El resultado, una Sala Blanca del Laboratorio de las Artes de Valladolid abarrotada, rozando las mil quinientas personas, y un concierto que fue de menos a más, haciendo vibrar de verdad al público al final del mismo con sus temas más bailables y potentes.
Quizás el promotor se vino un poco arriba intentando llenar la Feria de Muestras de Valladolid cuando a dos días vista del concierto la organización del evento decide que el concierto se traslada al LAVA, que cuenta con menos de la mitad del aforo, pero que es un sitio mucho más íntimo y adecuado para un espectáculo en directo. Hacia eso de las 20:45 los Jack Knife saltaban al escenario en calidad de artistas invitados, y la verdad es que gustaron. Sus ritmos setenteros suenan mucho mejor en directo que escuchados en disco de estudio, y se atreven con todo. Desde un rockabilly clásico, pasando por el country, a un ritmo indie-rock de lo más británico. Canciones como Revelation, Destiny´s Calling o Let Me Go son temas que empujan a querer saber más de esta banda madrileña. Tras unos cuarenta minutos tocando, comenzaba el montaje del escenario con un aire de lo más clásico que tenían preparado Supersubmarina, y con algo de retraso sobre la hora anunciada, se apagaban las luces y Chino y los suyos cogían sus instrumentos y empezaban a tocar.
Fotografía: Jorge Fernández |
El concierto empezó frío, como el día. En los primeros temas los músicos estaban prácticamente atrincherados tras sus instrumentos mientras la gente coreaba los estribillos de las nuevas canciones. De Doce a Doce y Cuarto, uno de los cortes más destacados del último disco, junto con Tecnicolor, fueron de lo poco realmente reseñable en los primeros compases del espectáculo, en los que por momentos parecía que el público no tan fan estaba viendo secar pintura en lugar de un concierto de rock. Pero fue a partir de la segunda mitad del directo donde Supersubmarina se centró en lo que mejor se le da, los ritmos rápidos y el hacer saltar al público.
El primer gran momento de la noche llegó con Kevin Mc Alister. Este tema que forma parte del EP Realimentación inyectó energía, y con el chute de MDA que da la letra el concierto comenzó a subir hasta prácticamente no decaer hasta el final. Después sonó Hermética, otra gran canción del segundo álbum Santacruz, y después de que Chino recordara los anteriores pases de la banda en la ciudad en años anteriores, empezó el último tramo del espectáculo en el que no dio ni un respiro a su público. Con algunas de sus canciones más reconocibles como Niebla, Puta Vida y Supersubmarina terminaron de caldear a un público ya caliente de por sí, que terminó de arder con el clásico final de Cientocero.
Algo más de dos horas de concierto, un ruego para los bises, bostezos que se terminaron convirtiendo en aclamaciones, Mi Realidad de Lori Meyers en bucle tras acabar el concierto a modo de sibilina tortura para que el público abandonara el recinto y algún tema que quedó fuera del setlist y que los fans hubieran deseado escuchar, como XXI, Ana, LN Granada o Emperatriz, Supersubmarina deja a su paso por Valladolid un público fiel, aunque apenas creciente tras la publicación de sus dos últimos discos, y la sensación de que Supersubmarina suena mejor cuanto más alto suene.
Setlist del concierto:
Samurái
De Doce a Doce y Cuarto
Tecnicolor
Hasta Que Sangren
Furia
Hogueras
Inestable
Extrema Debilidad
Kevin Mc Alister
Hermética
Ola de Calor
Arena y Sal
Enemigo Yo
Niebla
Puta Vida
Supersubmarina
En Mis Venas
Mañana
Algo Que Sirva Como Luz
Cientocero