Y así fue. A las nueve y veinte minutos de la noche empezaron a vestirse con sus respectivos instrumentos para empezar el concierto con dos canciones de su segundo trabajo, También y El Mejor, e interactuar con una sala abarrotada y entregada desde el momento cero. El cantante se dirigió al público para mostrar su agradecimiento por la asistencia y apoyo, no sólo de los allí presentes sino también todos aquellos que le escribieron y que no pudieron acudir pues, como afirmó el propio Jero, con un tono entre irónico y reivindicativo, ‘estamos haciendo cosas que, como veis, ellos no deberían ver’.
Tras arranque vinieron de seguido Cabeza de León, Haciendo eses y Ya te lo decía yo, en los que el público se volcó coreando las canciones de un primer disco que en su día nos caló hondo y que sigue haciéndolo a pesar de que esa noche fuera para presentar ‘La Grieta’. Hombre Mayor pudo ser, perfectamente, la excepción de este segundo disco pues, al ser posiblemente es la más redonda a nivel compositivo y destacar por su melodía, letra, estructura y sonido, el público acompañó al cantante durante todo el tema. Y de nuevo una segunda retahíla de viejas canciones con Señor Gigante, Las Leves, Nadie te ha tocado, Devolverte y Correcto, para que los allí presentes terminaran de enloquecer con el directo que nos estaba ofreciendo la banda.
Temas de su actual disco nos llevaron al bis de la noche, ya sabéis, ese momento en el que el grupo simula un falso y un tanto absurdo final, mientras se hacen de rogar para que les convenzamos de que queremos más, para llegar al final del concierto con Desinhibida y El As. Algunos se encontraban casi con el abrigo puesto cuando, esta vez sí, los asistentes se dejaron la voz en un contundente “¡Otra, otra, otra…!”, por lo que Jero, Nacho García (batería), Amable Rodríguez (guitarra y ukelele), Alfonso Ferrer (bajo) y el polifacético Charlie Bautista (guitarra, teclado y coros) tuvieron que complacer al público y tocar la última canción, Túmbate.
Una noche mágica que la banda y los que pudieron disfrutar del espectáculo calificaron en algunas redes sociales como inolvidable. Personalmente, me quito el sombrero (que no tengo) ante las letras de las canciones, la complicidad de los componentes de la banda y las ganas que le echaron sobre un escenario que convirtieron, durante unas horas, en casa.