septiembre 16, 2024

Hola, soy Ramón y juego en otra dimensión.

Así se podría resumir el concierto del pasado 28 de septiembre en la Sala Jo! de Murcia. Ramón tiene la cabeza siempre trabajando en algo. La mayoría de veces en otro lugar, casi siempre lejos, quizás por su afición a mundos lejanos, alternativos o desconocidos. Es uno de los mejores compositores de nuestra música y lo dejó claro ayer. Cuando un tema suena así con tan solo un intérprete es que no se trata de una canción cualquiera.

La primera vez que veía a The New Raemon en directo y fue
de esta peculiar forma. Ramón solo para todo. Empezó en voz baja, de la
forma más cordial posible. Se presentó como un chaval llamado Ramón que
iba a tocar unas canciones, como si fuera a enseñarlos por primera vez.

Empezó abriendo boca enseguida con temas como «La siesta» o
su versión de «Te debo un baile». Se metió a la gente en el bolsillo
enseguida, aunque no creo que muchos de los asistentes acudieran esa
noche sin sentir predilección por el catalán.

Como es la primera vez que lo veía, no estaba seguro de si
su comportamiento es siempre este, pero se le veía tremendamente seguro
con los temas, pero notablemente nervioso cuando le tocaba presentar
los temas. Pronto se soltó a base de bromas y anécdotas, pero daba la
impresión de que no hubo un solo segundo de silencio en todo el bolo. O
estaba tocando o contando cualquier cosa que se le pasara por la cabeza
en ese momento exacto, pero él no paraba.
Sin duda, no nos equivocabamos en la publicación
anterior en la que lo catalogabamos como el artista nacional con más
azogue del panorama musical. Quizás gracias a esa hiperactividad no se echó en falta la banda, aunque tras acabar la
actuación uno pensaba que si el concierto había estado tan bien así, con todo el acompañamiento tenía que ser demoledor. 

No tardaron en caer temazos como «El fin del imperio», «La cafetera, Galatea» o «Lo bello y lo bestia». Fue saltando de disco en disco, siempre con unas presentaciones cargadas de humor, casi siempre utilizándose como diana para las bromas. Sobre todo, en su explicación, paso por paso, de cómo actuar en caso de componer una canción que, sin querer, termina siendo un plagio y te das cuenta cuando ya la has publicado. Es el caso de Elena-na, que tenía algo más que un cierto parecido a Wicked Game de Chris Isaac. Cayeron las típicas referencias a películas o a escritores como Ashimov.

Si entramos a hablar de su nuevo material, no recuerdo bien cuantas tocó, ya que una de ellas me hipnotizó de tal manera que solo podía pensar en que quería voler a escucharla. «Poni Roig», canción en catalán tirando al country, La reina del Amazonas, un tema que habla de la euforia que se siente al conocer a una tía guay y, la que para mí será el melocotonazo de su próximo trabajo, «Oh, Rompehielos», que dará nombre también al disco. Es uno de esos temas que te atrapa desde la primera escucha, aunque estés al fondo de la sala, con Ramón solo a la guitarra. Es un auténtico temazo que tiene toda la pinta de tener muchísimo «punch» en la versión con banda. Estoy deseando volver a escucharla, sea como sea. 

El final lo remató con esas canciones, que según él, tanto nos gustan. Aunque eché en falta temas como «Hundir la flota», sin duda fue un gran cierre poder escuchar «Sucedáneos» y «Tú, Garfunkel». Esta última con colaboración del todo el público a los coros. 

Ahora no queda más que esperar que vuelva a casa, entre en esa otra dimensión en la que se siente tan cómodo y termine cuanto antes este Oh, rompehielos para poder escucharlo en enero si no pasa nada.

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